08 junio 2025

DON GOLIN Y QUINIELON

empresario de tranportes con su conductor, dibujos de los tebeos de antaño
Don Golín y Quinielón / Serafín
 Typical Spanish


Don Golín es un empresario del transporte de valencia que tiene un autocar dedicado al turismo y un camión para otros menesteres, tiene como chofer a Quinielón, un conductor alegre y optimista que siempre canta con rima mientras conduce alguna canción. Suele incluir en sus canciones la cultura popular de la época y, el Typical Spanish estaba muy en boga.

Suelen comenzar las historietas estas guasonas con Quinielón condiciendo, bien el autocar con los turistas o bien el camión cargado de cualquier material, animales o lo que se presta, cuando lo hace con un camión es curioso verlo cantar diciendo así….

¡Camionero, camionero, agarra bien el volante, y recorre pinturera carretera adelante… camionero, camionero, aprovecha la ocasióoooon, que esta lista la autopista, que esta lista la autopista, ¡Ayyy! esperando tu camión.  Todos los que hemos vivido unos cuantos años sabemos que se trata de Antoñito Molina y su canción de cocinero.

En unos tiempos en que la apertura de España hacía el exterior comenzaba sus primeros pasos. El turismo comenzaba a llenar las playas de rubias en biquini bajo el asombro de un país que había estado 30 años viviendo bajo un régimen nacional catolicista.  ¡Yo soy Quinielón señores!, el rey de los conductores, avispado, inteligente, jamás tuve un accidente y conduzco a los turistas por senderos y autopistas, ¡Quinielón, Quinielón, rejonea en un camión.!  

Don Golín es un empresario que está muy preocupado por la puntualidad para con los turistas y es un poco irascible a veces con Quinielón si llega tarde, sobre todo con las multas. El autocar no tiene radio, no tiene transistor, pero, es un caso extraordinario la voz potente del conductor.  Por esos tiempos se escuchaba mucho lo de “Precaución amigo conductor, la senda es peligrosa”.  A nuestro monigote conductor no le importa que lo llaman “Luis Maguiano del volante”, Quinielón lleva un torito en la guantera, de esos que se ponían encima de los televisores, que, según él, cuando un guiri se lo quiere comprar, se niega y dice que le sirve como cebo para pescar.

Siempre que conduce te canta una canción nuestro monigote conductor. ¡Yo soy el gran Quinielón, el que a turistas lleva por los montes de Aragón y los campos andaluces, como un Cid Campeador!  Aunque sea una línea facilona monigotera de Serafín, estamos frente a una parodia en toda regla sobre el comienzo de la gran invasión turística que vendría despues.

Todos los arquetipos, tópicos típicos y las singularidades que se daban en esa España que comenzaba a salir del blanco y negro, lo plasma de manera genial el historietista Serafín Rojo Caamaño.

¿Quién nos iba a decir que llegaríamos a lo que hemos llegado?

En los tiempos en que nos ha tocado vivir con el tema del turismo y su masificación, la falta de viviendas para los propios trabajadores de la hostelería y para todos los que viven del mismo.  Nadie podría imaginar que íbamos directos a la venta de nuestro propio pais a fondos buitre y todas esas especies devoradoras de lo público. Nadie podría prever que nuestros políticos, mediocres y vendidos a intereses espurios, llegarían a dejar lo público desmantelado en bien de los intereses privados.  Todo pasa por la alternancia de dos partidos que ni hicieron una verdadera transición hacia la democracia ni fijaron unos buenos soportes para ser un país moderno.

Los privilegios e impunidades del viejo régimen migraron hacia la inviolabilidad y los aforamientos de miles de funcionarios públicos.

¡La corrupción estaba servida¡

Bien hallados y resupixelados han sido estos dos monigotes de la típica españa del turismo de los 60.

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